Desde el mes de agosto han sido varios los encuentros con esta llamativa especie, que al parecer se fugó del cautiverio.
Su nombre científico es Paroaria nigrogenis y su hábitat natural se encuentra en los departamentos de Arauca, Casanare, Meta y Vichada, hasta los 1.200 m.s.n.m., si llegó hasta Bogotá es debido al nefasto tráfico de fauna silvestre.
Primero fue registrada en el parque Simón Bolivar por un miembro de la Asociación Bogotána de Ornitología. Ahora el humedal de Córdoba le está ofreciendo refugio, alimento y un hábitat acuático similar al que está acostumbrada, pero con una enorme diferencia climática y vegetal. Genera mucha alegría contar con esta ave tan colorida, pero a la vez tristeza porque su futuro es incierto.