Se sigue demostrando el desprecio por el patrimonio natural de Bogotá de parte de la administración Distrital, a través de las acciones incoherentes que se realizan por parte de sus instituciones.
Así se sintió al constatar como el equipo de mantenimiento de Aguas de Bogotá, que hace parte de la administración del humedal de Córdoba, cuyo fin se supone es el cuidado y protección de este ecosistema, taló sin contemplación alguna 14 árboles ubicados en la zona más importante para su conservación, la zona litoral o zona de transición entre los ecosistemas terrestre y acuático.
Fueron eliminados el día 27 de noviembre, sin revisar primero con un experto la presencia de fauna; sin informar previamente a la comunidad vecina que trabaja por el humedal; sin contar con los permisos de ley, porque no se presentaron cuando fueron requeridos; desconociendo los lineamientos del Documento de Concertación derivados del fallo de acción popular 0254; y generando un precedente que hace ver el nivel de agresividad que, al parecer, de ahora en adelante será el común denominador a la hora de intervenir los humedales, cerros, ríos y quebradas en la ciudad.
La explicación entregada por los funcionarios de la EAB y la Secretaria de Ambiente, es que “necesitaban hacer mantenimiento a los colectores pluviales en el sector del barrio Niza Antigua, y para ello retirar toda la vegetación a diez metros a la redonda, en cada punto, porque existe riesgo de inundación de no hacer esa intervención”. Cómo se justifica semejante disparate, no es entendible ni se han dado todavía explicaciones coherentes. En más de 50 años de existencia del barrio, jamas los colectores pluviales han sido un problema ni mucho menos se han desbordado. El problema que sí tienen, es la carga de aguas residuales que todavía 100 casas del barrio continúan vertiendo allí, a pesar del acuerdo jurídico firmado por la EAB para su corrección, en el año 2006. Proyecto piloto que inició en el año 2009, corrigiendo las conexiones erradas en 54 viviendas, pero que no continuó, ni ha sido terminado, la comunidad sigue a la espera de esta solución.
El riesgo que sí presentan estos colectores pluviales, es el que genera la contaminación del agua en la salud pública de vecinos, visitantes y en la fauna silvestre, a través de los vapores que de allí se desprenden y en los que se movilizan bacterias, hongos, virus, metales pesados, entre otros (partículas PM2.5). Y de hecho, la vegetación que fue retirada ayudaba a retener en parte el mal olor, ahora este se podrá desplazar con mayor facilidad hacia las viviendas.
Si de evitar un posible riesgo de inundación se trata, no para el barrio, sino para la primera línea de casas ubicadas al borde del humedal, como lo indican los mapas de prevención de riesgo, para un evento de lluvias de los cien años. Lo que sí se necesita hacer con urgencia, es que la EAB amplíe el paso del agua de la microcuenca del humedal de Córdoba (2000 hectáreas de la zona norte), por debajo de la avenida Boyacá, en donde se forma un embudo, ya que es muy angosto. Cuando llueve muy fuerte en la zona norte, toda el agua que llega a este punto no logra fluir con facilidad y entonces se devuelve aguas arriba, inundando el humedal (función de amortiguación) y dos tramos pequeños en la ronda del humedal, en la zona de Niza (sector 3). Es sólo en ese evento, el cual ocurre entre una y tres veces al año, como máximo, en el que podría haber algún tipo de riesgo. Esta situación se ha observado desde hace veinte años y jamas una casa se ha inundado, sin embargo, el endurecimiento de la ciudad al norte, hace que cada vez llegue más agua lluvia al humedal y el problema del embudo se hace cada vez más complejo.
Pero la EAB en lugar de hacer lo que corresponde, hace todo lo contrario, genera un impacto ambiental negativo, al parecer ilegal, que podría derivar en un delito ambiental, para confundir y dividir a la comunidad y apartarla de la discusión de lo fundamental. La contaminación del agua y la corrección de la estructura de paso (box culvert), en la avenida Boyacá.