Equipo interdisciplinario del humedal de Córdoba

Un derecho colectivo hecho realidad

Al rescate del Colibrí coruscans

En los humedales ubicados en zona urbana también hay depredadores que acechan la fauna silvestre, gatos y perros abandonados por sus dueños, se convierten en cazadores de aves y mamíferos.

Es común observar en los humedal del Distrito Capital el ingreso de perros que acechan Tinguas, Patos, Curíes, entre otras especies, y gatos que se convierten en letales cazadores de todo tipo de aves. Generan un problema de difícil control porque atraparlos es por lo general muy complejo y no sólo hay que hacerlo, sino también darles una oportunidad diferente de vida.

Haciendo una analogía, también en los jardines de las casas en los que hay buena arborización se presenta este caso, casi siempre con gatos domésticos. La diferencia radica que en estos espacios reducidos es más probable lograr salvar a la presa, así me sucedió hace un mes cuando observé un gato jugando con algo verde que se movía. Era un pequeño colibrí al cual tomaba con sus fauces y luego soltaba para moverlo con sus garras, por fortuna después de corretear al gato y asustarlo, tuvo que dejar ir la pequeña ave, y así fue posible rescatarla, cuidarla por una hora y darle agua con azúcar hasta que fue capaz de volar. Casi un milagro, sólo lo había desplumado un poco y no había heridas abiertas.

En los humedales por lo general el final suele ser otro. La irresponsabilidad de los dueños de mascotas, a veces termina por llevar a gatos y perros domésticos a estar de nuevo en la cima de la cadena alimenticia. Así funciona la naturaleza, pero en humedales en los que cuesta tanto lograr conservar especies silvestres no nos podemos dar este lujo.

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