Quizás los seres más afortunados con esta crisis viral, son los que habitan en los cerros orientales, humedales, quebradas y otros ecosistemas, en donde la presencia humana hoy es casi nula.
En los humedales la presión de la ciudad ha disminuido en todo sentido, bajó el ruido en las avenidas y el generado por el cruce de los aviones; ya no hay ingreso de visitantes y de quienes administran estos espacios naturales para hacer guías, monitoreo o mantenimiento; cuentan ahora con el silencio y la tranquilidad perdidos hace más de cien años.
Esta gran oportunidad para la vida silvestre permite que la fauna pueda estar con mayor libertad en su hábitat natural, aprovechar zonas en donde antes no se atrevían a estar para alimentarse y avanzar más allá de las fronteras que la misma ciudad les impuso.
El siguiente video muestra como se comportan las aves del humedal de Córdoba cuando están tranquilas y la presencia humana es mínima. Así mismo ocurre en todos los humedales del Distrito Capital si las condiciones lo permiten.