Acciones puntuales y sencillas como sembrar junco redondo en un humedal, se convierten en un atractor de vida que puede mejorar la calidad de un ecosistema de humedal.
La obra de creación de hábitat acuático que se llevó a cabo en el sector dos del humedal de Córdoba (reconformación hidrogeomorfológica) es un ejemplo, de ello. Allí se sembraron cientos de plantulas de junco (Schoenoplectus californicus) el cual, al cabo de un año y medio de finalizada, se ha convertido en el refugio de varias especies de aves acuáticas, una de ellas, la Monjita de pantano (Chrysomus icterocephalus) la cual se ha multiplicado a medida que esta planta crece y conforma grandes parches. Este es el hábitat preferido de esta especie de turpial acuático, el cual es un símbolo en los humedales del Distrito Capital, por su gran belleza y porque un humedal sin su presencia, de alguna manera, pierde su esencia. Además está en riesgo, debido a la perdida de este tipo de vegetación en asocio con espejos de agua y bosque protector.