Entre otras causas, el cambio climático ha permitido que muchas especies de aves provenientes de climas más cálidos se hayan adaptado a las condiciones ecológicas de la Sabana de Bogotá y sus ecosistemas.
En los cuerpos de agua de nuestra región, ríos quebradas y humedales, se ha presentado este fenómeno, en especial con dos especies muy particulares de aves acuáticas. Una de ellas, el Alcaravan (Vanellus chillensis), ave playera, de plumaje vistoso, muy alegre por su constante llamado con el cual se hace notar con mucha fuerza. Se puede encontrar en playones, zonas de borde, espejos de agua poco profundos y potreros.
La otra especie es el Ibis (Phimosus infuscatus), de mayor tamaño y con pico en forma de oz, el cual le permite buscar su alimento entre el lodo. Es fácil de observar haciendo vuelos cortos en pequeños grupos o en busca de alimento entre la zona pantanosa y orillas.
Ambas especies han sido registradas desde hace varios años en la mayoría de los ecosistemas acuáticos, evidenciando además que se han logrando reproducir con éxito. Ahora, también son parte de la vida acuática en el humedal de Córdoba.
