Resulta complejo comprender como a pocos metros de barrios, avenidas y comercio, pueda coexistir un bosque tupido con zonas que han recuperado su estado silvestre (renaturalización) y en donde se ha registrado la presencia de una gran variedad de fauna nativa.
La zona verde que bordea el humedal de Córdoba, denominada la ronda legal, hace treinta años estaba compuesta por un 80% de pastizales, hoy después de un proceso intensivo de arborización, iniciado en el año de 1996, da como resultado que el bosque abarque más del 90% de ésta área.
Son décadas de recuperación ecológica, que se gestó con la construcción de los primeros barrios residenciales alrededor del humedal, en los años 60, fue entonces cuando los vecinos recién llegados sembraron los primeros árboles. Muchos de ellos hoy llegan a los 50 años de edad, con especies como Urapanes, Sauces y Eucaliptos. En el año de 1996 se configuraron dos frentes de siembra simultáneos, pero nacidos de diferentes iniciativas. Uno derivado de la Alcaldía de Suba en conjunto con la fundación Humedal La Conejera, que plantó árboles nativos desde el sector 1 y hasta el sector 2; y un segundo liderado por Roberto Meléndez, familia, amigos y vecinos, sembrando vida desde el club Choquenzá, en el sector 3, en el límite con el barrio Niza Antigua.
Cuando ambos frentes de trabajo llegaron a la avenida Suba, se encontraron con la sorpresa que compartían el mismo objetivo: proteger la zona acuática del humedal de la fuerte presión de la ciudad. De esa afortunada sincronía, nació la semilla que años después permitió conformar el Comité Ambiental de la JAC de Niza Sur y su gestión desde el año de 1998: defensa jurídica y culminación de la siembra de árboles en el sector de Niza, hasta abarcar todo el espacio disponible en el año 2002.
Es por ello que el bosque en la zona de Niza es el más diverso en especies vegetales, hábitats naturales, estratos arbóreos, colores y variedad en fauna. Sin embargo, lo que la comunidad hizo en esta área del humedal se ha replicado a lo largo de todo el perímetro de la zona inundable, espejos de agua y canales, consolidando un borde de vegetación de litoral terrestre y acuática, que por su gran importancia para la conservación de la fauna silvestre (anfibios, reptiles, mamíferos, insectos (acuáticos y terrestres) y aves), por ningún motivo puede ser eliminada, según como quedó establecido en la jurisprudencia del fallo de acción popular 0254.
Sembrada la vida, la misma naturaleza se ha encargado de ir enriqueciendo aún más el bosque del humedal, en especial las aves, se han encargado de diseminar semillas por todo el humedal y ahora los árboles nacen solos entre la hojarasca o las praderas de Suelda Consuelda, planta rastrera, que remplazó al invasor pasto Kikuyo.