Equipo interdisciplinario del humedal de Córdoba

Un derecho colectivo hecho realidad

Continúa la agonía del humedal Tibanica ante la ineficacia Distrital

Con dos alertas naranja (2015 y 2016) decretadas por la Secretaria Distrital de Ambiente, muchas instituciones y la Alcaldía de Bosa debieron haber tomado las acciones suficientes y coherentes para frenar la situación de deterioro y perdida de la riqueza natural del humedal Tibanica, pero no ha sido así.

Dos años después el panorama es cada vez peor, el humedal continua sin agua, esta seco y reseco; hay más caballos provenientes de Soacha dentro del humedal; las aves acuáticas allí registradas por la Asociación Bogotana de Ornitología y vecinos, 27 especies entre endémicas, migratorias y otras, están casi desaparecidas; los usos no permitidos se siguen presentando sin control efectivo; se han generado nuevos incendios debido la sequedad del ecosistema y no hay en el corto plazo una solución de verdadera recuperación.

El tratado internacional de humedales RAMSAR, la Política Distrital y Nacional de humedales, entre otras normas, son en este humedal letra muerta e incumplida en toda su extensión. La Empresa de Acueducto (EAB) por medio de las obras de intervención del año 2010, “para su recuperación ecológica”, hizo precisamente lo que jamas se debe hacer en un humedal: un canal perimetral de drenaje, muy eficiente por cierto, y una estructura de control del nivel de agua, porosa porque se hizo con gaviones en lugar de concreto macizo, para que retuviera el agua. Por allí poco a poco se filtro la vida. Para completar la mala situación, la Alcaldía de Bosa va a alquilar una planta portátil de “descontaminación” por 150 millones, a lo largo de seis meses, para sacar agua putrefacta de la quebrada Tibanica y vertirla al humedal. No se conoce el nivel de eficiencia de la máquina y mucho menos como el contratista y la autoridad ambiental van a evitar que el agua no se filtre por entre los gaviones.

En la Mesa de Humedales se ha preguntado a la Secretaría Distrital de Ambiente, desde el año 2015, sobre el proceso sansionatorio ambiental que esa institución le abrió a la EAB por los daños causados al humedal Tibanica, pero no ha sido posible recibir una respuesta satisfactoria. Mientras tanto su deterioro persiste ante la impotencia y tristeza de los vecinos que por décadas lo protegieron y recuperaron, para convertirlo en un aula ambiental y en uno de los humedales más representativos de la ciudad.

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