Equipo interdisciplinario del humedal de Córdoba

Un derecho colectivo hecho realidad

El Humedal Tibanica de la belleza a la tristeza

Por: Wilson Páramo Holguín, abril 15 de 2016

 

Tibanica en su mejor momento.

Soy docente del colegio Llano oriental, tuve la oportunidad y la fortuna de conocer el humedal hace ya más de 28 años cuando vivía en la localidad y recorríamos trotando el sector rumbo a Soacha a tempranas horas de la mañana, siempre haciendo una pausa para deleitarnos observando los espejos de agua y las especies que allí habitaban en gran cantidad. Unos años después siendo docente de primaria, tuve la oportunidad de recorrer los mismos caminos con otros docentes y con los niños para conocer este hermoso ecosistema y ver las hermosas aves que en el vivían, esa misma experiencia la tuvieron mis estudiantes de bachillerato cuando me inicié como docente de estos: y ya siendo docente del sector oficial en el colegio Llano oriental, inicié un proyecto de reconocimiento y sensibilización del humedal , denominado “EL HUMEDAL TIBANICA COMO AULA ALTERNA DEL COLEGIO LLANO ORIENTAL” en el año 2001 y que presenté en el Encuentro nacional de experiencias significativas en COMPENSAR.

Posteriormente, se continuó el trabajo con los estudiantes de bachillerato y participé como ponente del mismo en el Foro Distrital de Educación en el año 2003, muchos fueron los reconocimientos y menciones a este trabajo que causó gran impacto en la institución y que logró que la comunidad educativa se sensibilizara frente a la belleza y problemática del humedal.

En años posteriores, tuve la oportunidad de seguir trabajando frente al proyecto, con el apoyo de muchos compañeros de diversas áreas y de nuestro Rector Gonzalo Hernández y se presentó el trabajo en foros, ferias y congresos a nivel local, nacional e incluso fuimos a presentarlo a un encuentro iberoamericano de educación en Venezuela en 2008.

Pero todo esto es para poner en contexto mi conocimiento y preocupación por el humedal durante todos estos años, teniendo la oportunidad de hacer parte en la formulación del plan de manejo del humedal como representante del sector educativo.

Sin embargo, ahora es amargo ver lo que queda de este hermoso ecosistema, de los diverso cuerpos de agua no hay nada, de la gran cantidad de avifauna es deplorable la población que aún subsiste. Debido a la escasez de agua, el humedal se ha terrerizado y ha sido invadido por especies vegetales muy agresivas, el paisaje que conocí y que vieron mis estudiantes, familiares y amigos hasta hace una década, ha desaparecido casi por completo.

Las obras que nos prometió la EAAB EN LA FORMULACIÓN DEL PLAN DE MANEJO, no fueron cumplidas a cabalidad. Es cierto que se organizó una administración del humedal, que en un comienzo estuvo a cargo de la Fundación Tibanica, quienes empezaron a hacer reforestación con especies nativas y propias de los humedales, hacían dragado no agresivo con balsas y procuraron mejorar su estado, al mismo tiempo que guiaban y orientaban a los grupos que hasta allí se desplazaban. Fue una bella época.

Sin embargo cuando se iniciaron las obras técnicas de intervención en el año 2010, ocurrió la que llamo yo hecatombe de nuestro humedal. Maquinaria pesada dentro de un humedal! Insólito pero cierto, dragas mecánicas, grúas…etc… y lo peor de todo, al humedal le cortaron las entradas de agua, que aunque algunas residuales y otras contaminadas de la quebrada, lo mantenían vivo. No sé quién o quienes sean el o los responsables de esto, pero el ingreso de maquinaria y el no tener otras entradas de agua, fueron la causa real que Tibanica esté a punto de desaparecer como humedal.

Donde antes había espejos de agua, ahora hay pasto kikuyo.

Recuerdo que en varias ocasiones hicimos recorridos matutinos a primeras horas, en compañía de diferentes ornitólogos y en alguna ocasión identificamos 27 diferentes especies de aves. Ya hoy es pasado escuchar el canto del cucarachero de pantano, cuando fue el humedal que mayor población de esta especie tuvo hasta el año 2009 en la sabana. El garcero ya no existe, las bandadas de patos canadienses son ya historia y la presencie de aves exóticas venidas de otras latitudes parecen más una leyenda del pasado que una realidad que pude disfrutar.

Es urgente entonces que reclamemos medidas inmediatas por parte de las autoridades ambientales de la ciudad de Bogotá y del municipio de Soacha. Llevamos seis años en la espera de la construcción de unos biofiltros de parte de la EAAB que en algo hubieran atenuado esta tragedia.

Qué más debe ocurrir, para que las autoridades tomen medidas? Necesitamos soluciones ya, acordes al contexto y teniendo en cuenta la fragilidad de un ecosistema como Tibanica que se niega a morir, y que depende de las sabias decisiones que los funcionarios a cargo tomen para evitar que esto ocurra. Recuerden ustedes que el humedal puede ser el verdadero pulmón que Bosa y tal vez Soacha tengan para el futuro.

Las nuevas generaciones tienen derecho a disfrutarlo.

S.O.S AL HUMEDAL TIBANICA!…….

Todavía se veían las Monjitas de pantano, en los juncales que poco a poco se están secando por falta de agua.
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