Equipo interdisciplinario del humedal de Córdoba

Un derecho colectivo hecho realidad

Las aves rapaces que sobreviven en medio de nuestra caótica ciudad

Silenciosas e imponentes, vuelan sobre el humedal de Córdoba, cruzan avenidas y barrios en busca de su presa diaria o de corrientes cálidas que les permitan volar más alto, todo ello ocurre ante la desprevenida y veloz actividad citadina en Bogotá, que hace perder de vista esta increíble dinámica silvestre.

Búhos, Gavilanes, Águilas y Lechuzas hacen parte de las aves de rapiña que han sido registradas a lo largo de décadas en este ecosistema, son especies que se encuentran en la cima de la cadena alimenticia y que son de vital importancia para mantener el equilibrio ecológico del humedal. Se alimentan de ratones, ratas, curíes, aves pequeñas, serpientes, insectos, ranas o peces, dieta que además de garantizar su supervivencia permite controlar la población de roedores e insectos, evitando que se conviertan en plaga. Por ello los roedores son de gran importancia para mantener la población de la gran mayoría de las aves rapaces, razón por la cual en los humedales está prohibido realizar fumigaciones con venenos para eliminarlos, porque luego al ser consumidos por éllas también terminan envenenadas.

Algunas especies, como los gavilanes, es posible observarlos en plena actividad durante el día, cazando, en pleno vuelo o posadas en la rama de un árbol. Con los búhos y lechuzas es más complicado su avistamiento, aunque a veces es posible encontrarlos durmiendo en árboles de porte alto solos o con sus crías. La imponente águila pescadora (Pandion aliaetus), migratoria del norte, surca sobre el humedal hasta los lagos del club Choquenzá y Lagartos para luego clavarse en picada y atrapar un pez con sus afiladas garras. Todas estas especies encuentran en los árboles de altura y vegetación tupida del bosque protector del humedal de Córdoba las condiciones que requieren para habitar a lo largo del año o en época de migración.

En la foto a la derecha, un juvenil de gavilán aliancho.

La protección y recuperación del hábitat natural del humedal de Córdoba, iniciado desde el año de 1996, ha sido la razón por la cual las aves de presa han aumentado en número de especies y en cantidad de individuos, y su presencia garantiza, en buena parte, la salud de éste y de cualquier otro ecosistema.

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