Fue eliminado uno de los pocos árboles de porte mediano que producía frutos para las aves y que era posible encontrar en la alameda ubicada junto a su límite legal, en la Alameda El Porvenir. Sucedió sin mediar información a vecinos y a la administración del humedal.
Después de años sin recibir lluvia suficiente para llenar su cauce, de tener decenas de caballos pastando en su interior, de recibir acciones inadecuadas por malas decisiones institucionales, de la presión sin freno de usos no permitidos, ahora para rematar, en la mañana de ayer el Jardín Botánico de Bogotá taló un de los pocos árboles nativos con que contaba la zona aledaña, el cual tenía más de diez años. Se trataba de un Cerezo, que fue testigo de los mejores y peores momentos de este ecosistema.
A pesar de las suplicas de los niños de un colegio que estaba de visita en el humedal y de varios vecinos, operarios del Jardín Botánico, motosierra en mano, no frenaron la nefasta acción. Al observar las fotos del árbol, es claro que no representaba ningún tipo de riesgo por volcamiento o de daño a infraestructura. Esta parece ser una acción que no contaba con el soporte técnico requerido por ley de parte de la autoridad ambiental, la Secretaria de Ambiente (una resolución de tala, según decreto 531 de 2010), podemos estar frente a un acto de posible negligencia y abuso de autoridad. El ingeniero forestal a cargo debió informar y explicar a todos los interesados las razones de la tala y haber mostrado el soporte técnico y legal. No fue así, por lo menos no para quienes se opusieron.
No se pueden seguir presentando este tipo de actos de daño al patrimonio natural de la ciudad, especialmente en zonas de la ciudad como Bosa, en donde contar con un árbol es un lujo, por la falta de espacio y por la sequedad del clima. Pero además hay que sumarle la tala de otros 42 árboles, el mismo día, con permiso de urgencia de parte de la Secretaría de Ambiente, según documento remitido. Se requiere que esta Institución le aclare a la comunidad que sucedió y que se de una pronta reposición de los árboles talados, en los mismos lugares y con especies nativas.