El proyecto de urbanismo de la Empresa de Agua y Alcantarillado de Bogotá-EAB para el humedal de Córdoba, contratada a finales del año 2019 y que fue suspendida desde agosto de 2020, por haber iniciado sin los permisos de ley, ya cuenta con el visto bueno de la autoridad ambiental.
Se trata de la obra de senderos peatonales elevados, que ha generado tanta polémica entre los vecinos del humedal. Desde el mes de enero la EAB cuenta con los permisos requeridos de parte de la Secretaria Distrital de Ambiente.
Sin embargo, es importante hacer claridad en muchos de los aspectos que han generado tanta discusión desde su diseño en el año 2018, y como parte del equipo de veeduría al cumplimiento del fallo de acción popular 0254, quiero dejar la siguiente constancia.
Lo falso:
Esta obra destruye el humedal y afecta a las aves acuáticas. No es cierto porque se construye en la zona definida como de recreación pasiva, sobre los senderos en tierra existentes, lejos de los espejos de agua y de los hábitat de importancia ecológica (zonas de conservación estricta).
Es una obra de endurecimiento del suelo. No es cierto porque quedaron prohibidas en el Documento de Concertación firmado en cumplimiento del fallo de acción popular 0254, tales como: “ciclorutas, alamedas y plazoletas en zonas de ronda, manejo y preservación ambiental del humedal, ni en las zonas aledañas”
Conlleva la tala de 1.200 árboles como en el proyecto del año 2000. No es cierto, sólo habrá poda de ramas para los árboles ubicados al lado del sendero y que impidan el paso de peatones al terminar la obra. Solo serán talados unos pocos árboles que en este momento presentan riesgo de volcamiento.
Incluye iluminación. No es cierto, está prohibida al interior de esta zona protegida.
Sendero en tierra, sector 3, barrios Pontevedra San Nicolás,
en donde no tiene sentido construir los senderos elevados.
Lo cierto:
Sí desconoce la priorización definida en el Plan de Acción del Plan de Manejo Ambiental del humedal de Córdoba, en donde lo primero por hacer es descontaminar el agua.
Esta obra de paisajismo, que es continuación de la ya construida en el sector 2, en el año 2015, sí invita a caminar por un ecosistema con alta contaminación del agua y del aire, y que puede causar afectación en la salud.
El alcance del proyecto sí es exagerado, no era necesario contratarlo para casi todo el perímetro del humedal, sino para algunos sitios específicos en donde sí se requería. Fue una imposición de la administración anterior, a pesar de todas las objeciones que hicimos como comunidad vecina.
La obra sí es demasiado costosa, $15.000 millones de pesos, dejando la descontaminación del agua para años después, existiendo un atraso de 15 años para este compromiso.
Este modelo de paisajismo, sí hace parte de la Política Distrital de Humedales (Estrategia 4, proyecto: Manejo y uso sostenible) y del Plan de Acción del Plan de Manejo Ambiental del humedal de Córdoba (Proyecto Nº 15). Pero con un alcance moderado.
Si el contratista construye los senderos elevados sin un adecuado manejo de los materiales de obra y genera contaminación del suelo y del agua, sí podría afectar especies endémicas como la rana campana (Hyloxalus subpunctatus), y generar afectación en los espejos de agua por arrastre de materiales.
Los pilotes definidos para el proyecto sí están sobredimensionados, van de 5 y hasta 7 mt. de profundidad con 0.4 mt de diámetro, según el sector. Una enorme exageración para una infraestructura de uso exclusivo peatonal, y así lo aprobó la Autoridad Ambiental de Bogotá.
Queda como siempre el mal sabor, que para la EAB el buen manejo de las aguas residuales, una de sus principales funciones, le quedó grande. La obra reinicio en el sector dos el 26 e abril y para el resto del humedal lo hará en algunos días y, como siempre, haremos seguimiento a la obra, para que el contratista durante el proceso constructivo, por lo menos cause el mínimo impacto en la fauna y flora del humedal.