Esta es la pregunta que surgió el pasado 27 de julio, cuando en el gran espejo de agua del sector 3 del humedal de Córdoba, fueron registrados más de 50 chorlitos patiamarillos menores (Tringa flavipes), ubicados en las zonas poco profundas y en los playones de lodo buscando pequeños insectos. También se observaron algunos chorlitos patiamarillos mayores (Tringa melanoleuca).
Lo común ha sido observarlos llegar poco a poco a finales de agosto, unos pocos individuos hasta conformar grupos numerosos en septiembre, pero este año la sorpresa fue encontrar esta cantidad de chorlitos, a finales de julio.
Lo importante es que encontraron su hábitat preferido disponible, protegido y conservado, para su permanencia en la Sabana de Bogotá, mientras finaliza el invierno en el norte. Ya en su momento los ornitólogos nos podrán explicar, si ha sido estudiado el tema, cuál es la razón de esta, aparente, “prematura” migración.